Jorge Fong.
En todo el mundo pasa por ser comida china. Excepto en China. Nos referimos al mundialmente famoso Chop Suey, del cual circulan varias historias acerca de su creación.
Una de las historias dice que el noble Li Hung Chan, cuando era enviado de su Majestad Imperial en Washington, fue visitado tarde por la noche, por algunos amigos norteamericanos. Apenado por no tener nada especial que ofrecer, Li ordenó a su cocinero hacer lo que pudiera con lo disponible en la cocina.
El cocinero mezcló carnes y vegetales para ofrecer un platillo chao (salteado o frito) que quedó tan sabroso que los amigos comieron con mucho placer, elogiando las habilidades del cocinero.
Luego preguntaron a Li el nombre de tal delicia y Li dijo: Chop Suey.(1) Así, este manjar se inscribió en la lista de la comida cantonesa que se sirve en los Estados Unidos.
Otra historia refiere el caso de algunos marineros hambrientos que entraron a un restaurante chino que estaba a punto de cerrar y pidieron de cenar. El patrón reunió lo que había sobrado del servicio del día y creó el famoso platillo.
Hablando formalmente, podemos considerar al Chop Suey como una variante incompleta del plato cantonés denominado Sap Kam (diez cosas preciosas), que incluye tallarines, fideos y hongos, entre otras cosas.
Sin importar lo cierto de las historias, la verdad es que el Chop Suey se ha convertido en emblema de la cocina cantonesa. Todos los restaurantes en México lo incluyen en sus menús numerados y no hay café de chinos en nuestra ciudad que no lo tenga como parte principalísima de la trilogía china de su carta, junto con el Chaufan y el Chaumin.
Nacido con buena suerte, ha vivido al amparo de su buena estrella desde que fue elaborado por primera vez, allá por el último tercio del siglo XIX, hasta nuestros días.
En lo personal, yo prefiero consumir otros guisos antes que el Chop Suey, pues carece de la armonía entre ingredientes que es característica de la comida china.
En ningún banquete chino se le incluye, exceptuando aquellos destinados a un público no chino.
En el Chop Suey predomina el sabor húmedo del germinado de soya; (un agregado posterior) no obstante, no puedo dejar de reconocer que es un favorito del consumidor mexicano y que es posible que el lector sea parte de esos adeptos que lo disfrutan cada vez que acuden a un restaurante y ordenan el menú No. 3.
¿Le gustaría saber prepararlo?
El platillo que nos ocupa se prepara al estilo chao (salteado), lo cual significa tener listos todos los ingredientes antes de encender el fuego, pues la cocción es tan rápida que no hay tiempo para cortar o picar mientras algo ya está en la cacerola.
Ingredientes:
Para 5 o 6 personas, requerirá de lo siguiente:
-350 gramos de pechuga de pollo, cortada en filetitos tamaño moneda.
-250 gramos de brócoli, rebanado fino.
-Una taza de apio finamente rebanado.
-Cuatro o cinco cebollines cortados en cuatro, a lo largo.
-Un diente de ajo grande, finamente rebanado.
-Cuatro rebanadas de jengibre, cortadas en tiritas.
-350 gramos de germinado de soya, el más fresco que pueda conseguir.
-Un “caballito” de tequila, en sustitución de vino de arroz. Si lo puede conseguir, mejor.
-Media cucharada de azúcar.
-Pimienta y sal al gusto.
-2 cucharadas de salsa de soya.
-Una y media cucharadas de maicena.
Método:
Coloque el pollo en un tazón. Agregue el ajo, el brócoli, el jengibre, el apio, media cucharada de azúcar, pimienta al gusto y un “caballito” de aguardiente o tequila. Revuelva ocasionalmente.
Mezcle la maicena con media taza de agua y la salsa de soya. Revuelva bien. Sal al gusto.
En una sartén honda, caliente 5 cucharadas de aceite vegetal hasta que humee ligeramente.
Eche el pollo y demás ingredientes. Fría 2 minutos sin dejar de revolver.
Agregue el germinado de soya y los cebollines; revuelva dos minutos. No se detenga.
Agregue la maicena con agua y soya, y revolviendo sin parar, rectifique la sazón.
Cuando el germinado de soya adquiera un aspecto cristalino, saque del fuego y sirva de inmediato.
Importante: Evite la tentación de dejar hervir el guiso un rato para que la verdura “quede cocidita”. El germen de soya debe llegar a la mesa fresco y aún crocante.
Buen provecho.
(1) Significa “cosas mezcladas” o más coloquialmente, “revoltijo”.